A usted señor; al de los ojos claros al de cuerpo esbelto y cabellos ondulados... Usted que me quita el sueño, pues termino volando
por el espacio celeste, y entre las nubes flotando. A usted señor, al de mirada adusta que mantiene apretado los brazos al costado
cuando yo me le acerco, y se hace el que no me ve, mirándome de soslayo.
A usted mi querido señor, que fue ¡tan castigado! desde que nació, signado ya por el fracaso. Me animo a decirle que el miedo es
un ¡terrible enemigo! y es de hombres enfrentarlo. A usted señor que tiene el corazón mustio y el alma rota en mil pedazos...
Estoy aquí, poniéndome incondicionalmente a su lado para reconstruir su vida, y armarla con los retazos.
Lo desafío en un duelo íntimo y privado Con las armas que poseo; mi ternura y mis abrazos.
¡Eh! Usted; no desvíe la mirada murmurando por lo bajo si no puede negarme que está llorando. Me comprometo como mujer que soy
con constancia y cariño de esta postergación sacarlo. A usted que se metió en mi vida como un ladrón, tomándome por asalto.
A usted señor, le comunico que sueño con sus ojos de cielo en los días nublados. Si se dio cuenta ¡me alegro!
Para que no se lo tenga que repetir hasta el hartazgo. ¡Lo amo señor! Así…de simple... ¡tanto! Como que después de la primavera llega el verano
Le doy mi palabra de honor, que con mi amor le bastará y olvidará para siempre sus fracasos.
Libia Beatriz Carciofetti Derechos reservados para compartir Nº 452298
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Fondo Musical: Le Piano
Sur La Vague - Paul Mauriat
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