| Recebi em 09/03/2013 |
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Si desea escuchar la música de fondo después de la Lectura de |
"Debajo está la carta que escribió JAVIER
SCHIAVI"
Demoré en contestarte
Javi, papá querido,
es que aquí todo es
¡Tan nuevo! ¡Tan
distinto!
pero a la vez ¡Tan lindo!
Me siento como en casa
como cuando vivía contigo.
Todo es paz aquí
todo es muy tranquilo
Hasta diría que no escucho
en todo el día ladridos.
Aquí nadie se ausenta
y deja su sitio vacío...
al contrario día a día
recibo nuevos amigos.
No quiero que tu estés triste
por la forma en que me he ido
¿Sabes? como los humanos
nuestro DÍA, se ha cumplido
y una mano soberana
nos promueve a un nuevo sitio.
Aquí la vejéz no existe
todos terminamos siendo niños
en mi caso "cachorrito"
como cuando jugaba contigo.
Aquí no existe el cansancio
y se renuevan los bríos.
Correr es un deleite
seguido por tantos amigos.
Se que hoy sientes mi ausencia
y he dejado vacío el nido
porque me crecieron alas
mientras yo estaba dormido
y de pronto me sentí
en una nube sostenido.
Vi la tierra y pensé:
¡no le avisé! a mi papá querido
que es lo mejor que me pasó
para que no me vea consumido.
Gracias papá por darme todo
y más de lo merecido
por que muchas veces me porté mal
y te fastidié con ladridos...
Hice popó donde no debía
y pis haciéndome el desentendido.
Pero ¿sabes pa?
Aquí todo es muy lindo...
Es un cielo para animales
que ya cumplieron su siclo
es como un "ARCA" celeste
que llega hasta el infinito.
Duerme tranquilo papá
no te sientas compungido
que cuando vengas a visitarme
te voy a llevar hasta un río
con aguas claras, muy limpio.
Ah cuando vengas, te prometo
caminar solo contigo
y tráeme de regalo
tu sonrisa de domingo.
La puerta está siempre abierta
aquí no existe el peligro
ni tampoco desconfiamos
de nuestros propios vecinos.
DIOS REINA EN ESTE LUGAR
y morar aquí es divino...
GUAU! GUAU!... TU TOBY
Libia Beatriz Carciofetti // Argentina
Derechos reservados para compartir Nº 452298
libypoesias@arnet.com.ar
PARA ESCUCHAR LA MÚSICA |
Querido Tobi
¿Cómo expresar mi nostalgia? Debe ser uno de los sentimientos más duros de describir. Tal vez todo se podría resumir en una frase: te extraño!
“Tobito, el perrito, mi perrito”, como siempre te decía, y me regalabas una mueca de asentimiento, como diciéndome “papá”.
Ahora te me has ido, y yo no tengo consuelo. Pasaste dos terribles últimos días de agonía, y yo, un poco por quererte tanto, y otro por un veterinario que dudó, no corté la situación antes. Tal vez te hayas dado cuenta durante los 14 años y medio que estuvimos juntos que los humanos tenemos esas conductas que denominamos “vacilaciones”.
Me quedan en el alma dos terribles dolores: el remordimiento por no haberte ahorrado tal penuria, y el tener que vivir lo que me queda sin ti.
Tobi, mi amor, he sido un mal padre? Te reté alguna vez, aunque siempre cuidé de no golpearte ni lastimarte. Tobi querido, te fallé en algo? Pues, hice todo lo que pude, te procuré la mejor comida y la mejor atención que pude.
¡Cuántas horas hemos caminado juntos! Una hora por día y los domingos, tu día más feliz, dos horas y media! Nunca me pesó hacerlo, mi mente volaba a pura fantasía en esas bellas caminatas que compartíamos, cada uno en su mundo. ¡Cómo disfrutabas esas largas corridas en el enorme terreno del río, cuando te alejabas hasta trescientos metros de distancia, y volvías con mi llamado, a veces a regañadientes pues había que regresar a casa! Sí, eran grandes caminatas, esas caminatas que al final ya no podías hacer, y lo poco que salías, cuando trataba obstinadamente hacerte andar un poco más, me respondías en rebeldía: “papá, ya no puedo más, no es como antes, envejecí”
Tobi, no te imaginás la cantidad de espacios vacíos que dejaste! Cada rincón donde descansabas, donde tomabas agua, donde comías…
Querido Tobi, mi Tobito ¿Cómo es irse? ¿Estás ahora en otro mundo? ¿En el paraíso? Si es así, seguramente disfrutas de un bello terreno, lleno de pasto, flores, árboles bajo cuya sombra descansar, y ya puedes correr y correr sin parar; sin dolores, sin correas de los humanos que te limitan, sin lugares restringidos en donde no puedes hacer tus necesidades, sin animales ni personas hostiles, en un mundo de paz con preciosa y tranquila convivencia, sin que nadie dañe a otro. Tobi, querido Tobi mío, entre tanta dicha, ¿me has olvidado?
Podrás decir, que el mundo este en el que vivo, aquellos que se van, son los olvidados con el tiempo, que el tiempo sana las heridas, que todo lo calma…
Jamás querido Tobi, seguiré contigo por el resto de mi vida. Seguiré caminando contigo por los lugares que solíamos hacerlo, solo, aunque sintiendo tu presencia, y seguiré evocando cada instante en cada lugar por el que pasamos juntos.
Así transcurrirá mi vida hasta que me rinda, y ya no pueda caminar, como te pasó a ti. Ese, espero que sea el mágico momento en el que volveremos a vernos. Entonces, seremos dueños de un espacio único e infinito para los dos.
Unido a ti, para siempre.
Papá.