Las horas azules de ensueño, Traspasan la brisa de la mañana, Siendo la caricia de mis pesares, Y alentando las horas de mi vuelo.
Soy como una navecilla pequeña, Que me conduce con una vela blanca, Tierna paloma perdida en el cielo,
Que viene a posarse a mi alma.
Surcando el mar inmenso, Dejando estelas humildes Rizadas como la bella flor de la orquídea Perfumada con aroma no olvidada.
Mi barquilla en la cumbre de las olas, El cantar del mar con su rugido, Mi corazón entona los sonidos, ¡Ay paz!.
Paz, que busco continuamente, Dando a mi alma las alegrías, Con aroma que traiciona mi secreto, Envolviéndome en una dulce melodía.
Es natural que una rosa Lleve espinas en su tallo, Amándolas porque forma parte de ella
Katy Dominguez
Madrid - España
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Fondo Musical: Los Dioses |