Con cierto recelo, miro hacia una puerta, clausurada, hace mil años,
intento conocer, que hay al otro lado, nadie ni nada me deja saber, es un constante imaginar. si hay misterio envuelto o simplemente es algo real.
Quizás, murciélagos en rituales, aislados de la maldad, sabios o ignorantes,
caminates en la oscuridad entre las telarañas y viejos polvos endurecidos, malolientes.
Dicen que dos amantes escaparon, sigilosamente hacia la muerte, ¿Será que aún, entre arrumacos,
tras esa puerta permanecen? ¿o es el camino oscuro hacia un cadalso. con nombre y apellido ya grabado? o tal vez, existe un puente
que se rompe al comienzo de unos pasos.
Acerca de esa puerta, me resta inventar todas las misteriosas imágenes, kilométricas serpientes
hambrientas de hombres, ratas furibundas sin vertientes, quizás una fina veta de agua huyendo a mares que corrompen. Velos rasgados de novias en espera,
ensangrentadas paredes de desilusiones,
A través de esa puerta, quisiera ver, cierres sin cadenas enmohecidas, ángeles que danzan alegres sinfonías...
pero siempre cruces en mi mente, de engaños de vidas, de lágrimas heridas, de fustas consecuentes, de pieles envejecidas y podridas,
con olores a muerte. como dunas que desvanecen. al soplido de una brisa. todo, todo esfuma por las venas de la vida,
que cierran y esa misma vida entre misterios... duerme.
Carmen Flores
Puerto Rico - Julio/2010
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