Alberto Matty Siento en mis manos la ausencia de tu piel estremecida y lloro sin tu presencia pues sin ti no tengo vida. Inmerecido castigo recibe mi cuerpo y mi alma, entonces reniego y maldigo no tenerte y por el mismo motivo... haber perdido la cordura y la calma. Fue decisión apurada separarnos como hicimos. ¿Porqué no reflexionamos? ¿Porqué el disfrute perdimos? Acepté sin un reclamo que de mi vida escaparas. No te dije, cuanto te amo y con esfuerzo escondí mis lágrimas... esperando el día en que me valoraras. Sólo me queda el deseo de que alguna vez te enteres que yo siempre estoy ansiando a mi vida tu regreso. Fuiste tú quien abandonó el lecho por hastío o te visitó la rutina y clavaste un cuchillo en mi pecho quitándome el motivo por el cual vivía y quedó mi corazón expuesto, en una vitrina. Este rosario de penas que no quito de mis manos, sólo desgrana tu nombre en cada oración que elevo. Tu rosario es, mi corona de espinas tu ausencia apagó la luz del día nada me alegró, ni el ver nacer las rosas mas finas y mi dolor apaciguó la pasión mi sangre perdió el calor... se tornó tan fría! Estas tardes de domingo que se me hacen largos años, sólo conservan tu rostro para mi cruel desengaño. No hubo más domingos, ni un día especial las horas no marcaban nada pues ya nada era igual absorta, triste y silenciosa... invocaba a tu amor, desesperada. Pero sé que hasta tu oído a veces llegan mis dichos, pues deseo con el alma que captes esos mensajes. No dejé de sentirte mío eso me causó extrañeza, sin saber si tenías un amorío te seguía deseando... desde los pies a la cabeza. Ah... si mi vida no fuera tan absurda, como ha sido qué felices que seríamos, los dos siempre de la mano. Toma mi mano, no es tarde recapacitar es de hombre la llama del amor sin cesar, arde la culpa es mía, debí decirte no te vayas... fui cobarde. Cierro mis ojos y toco tus venerados cabellos, para tenerte más tiempo me voy a dormir con ellos. Ven a tocar mis cabellos y a dormir de nuevo en mis brazos el reencuentro será más bello soñemos juntos, mi amor soñemos juntos, en un abrazo. No te olvides alma mía que mi pena inmerecida y mi corazón entero lloran por ti noche y día. No oirás de mi, ni un solo reproche ven pronto, no tardes mi amor llega a mi, antes que caiga la noche, antes que la luna se duerma... borremos de una vez, éste inútil dolor. Alberto Peyrano Argentina Matty Canales Santiago - Chile
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