En mis sueños era
caliente el nido,
en mi cuerpo, tus ardientes manos...
hoy evoco en la sed infinita
en el hambre, en el frío... tu amor perdido.
Quedó vagando en la niebla densa
donde no existe la palabra esperanza
y el eco enmudece en el vacío.
Ya no suplico a Dios, nada le pido,
si no eres tú el que debió ser mi destino...
acallo mi alma y que grite silenciosa,
acallo mi alma, que llora y solloza.
En penumbras sigo mi vida,
sin que nadie escuche el gemido
disfrazado de invierno, escondido,
escarchado, aterido...
y sin embargo... a pesar de todo...
éste amor sobrevive... late... sigue vivo!
Matty Canales
Santiago - Chile -
30/04/2004
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