Amiga mía, cierto es que
hay dimensiones desconocidas
eternamente alumbrado por una luz divina
y que Jay está en una de ellas,
donde ninguna sombra, puede opacar las estrellas.
Desde allí el puede verte cuando sonríes serena,
porque tenerlo era normal y no cargabas penas
la angustia para ti, era algo desconocido
el corazón latía confiado... nada habías perdido.
No lo busques en la playa, ni en la corriente de un río
ni detrás de las montañas, donde se esconde el eco vacío
está tan cerca de ti, como el día que fuiste su nido
está más adentro de tu vientre, donde se amparó del frío
está en tu alma y en tu mente, por siempre querido.
No retrocedas ni un solo paso, acepta el destino
Dios te lo prestó, para ser su camino.
Jay te ama en el perfume, que avisa su presencia
cuando sin que lo adviertas... viene a llenar tu carencia.
Y te acaricia el alma, porque su alma es la tuya
desde que germinó en ti, como semilla madura
y se vino desde el cielo a la inconclusa aventura
de vivir dentro de ti, nueve meses en espera
para salir de tu ser, a besar tu frente pura!
Bendito sea Dios por siempre venerado
que cuida de tu hijo y le permite que venga a tu lado,
cuando la pena te vence y el dolor en carne viva...
desespera y solloza... a solas... vencida!
Matty Canales
Santiago - Chile
|