Me han dejado
herida, herida de muerte...
sola, aterida, abandonada a mi suerte,
olvidaron el cobijo, de nueve meses de luna
olvidaron mi amor... sin pena ninguna...
Y yo... pobre águila
valerosa, en tortura
revoloteo en círculos y lloro en la altura
nadie me ve y emito el sonido melodioso y agudo
que quisiera ocultar y gritarlo mudo...
Estoy y no estoy...
pues una parte de mi ha partido,
herida de muerte, cobijada en mi nido,
estrello mi pico en la roca desnuda
y quito mis plumas una por una...
En éste proceso de
espera y dolor
también quitaré mis uñas, con esfuerzo y valor
es la renovación y esperanza suprema
para seguir oteando, por éste querer que quema.
Tanta indiferencia,
tanto castigo
tanto amar siempre, con un amor mendigo...
el águila está lista, la renovación se ha cumplido
altiva, estoy preparada y me lanzo al vacío!
Es que el amor da
coraje y no se resigna
sin mis aguiluchos, la vida no es digna,
y para esperar por lo merecido...
cualquier sacrificio será bienvenido!
Desde las alturas
vigilo atenta,
los miro, los cuido, en plena tormenta,
con el mirar sereno y mi humilde ofrenda...
este amor de madre, que todo lo acepta.
Y doy vueltas y
vueltas...
y los recuerdos, no suelto,
cuando una vez siendo polluelos
los cuidé del frío, del hielo
cacé para ellos y acompañé su desvelo...
Ya crecieron y el
vuelo emprendieron,
pero esa ausencia... cuanto atormenta!
como traerlos de nuevo al nido
alimentarlos con el pico, acunarlos...
abrigarlos, protegerlos
y mirarlos dormidos...
Y así sigo... es mi
destino
el águila no tiene trino...
el águila nunca canta...
el águila, no sabe... de olvido.
Matty Canales
Santiago - Chile -
13/06/2006
Fundo Musical: Por Ti Volare
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