No encontré nunca en la vida, quien con limpieza me amara. Un amor puro que valorara,
el caudal de amor que yo tenía.
Tengo el alma triste y sombría, en la espera perdí tantos años, el corazón se partió con tantos daños
y finalmente hoy... estoy vacía.
De que sirvió que guardara la pureza, de blanco me vistiera y ante Dios... amor eterno nos jurásemos,
si nada hizo, por cumplir esa promesa.
Y el camino se hizo amargo... mil otoños y mil inviernos convirtieron la existencia en un infierno,
dice... tener la conciencia limpia dice... tenerla libre de cargos...
Olvida que me sumió en perpetuo llanto, nunca encontré paz, solo quebrantos... el diario vivir se hizo eterno...
y aprendí a subsistir, en silencioso lamento.
Mientras más rezaba, pidiendo a Dios de sus cadena me liberara más cautiva me sentía... ¡Que situación tan rara!
Este sentimiento se empobrecía, no, de a poco... sin previo aviso... solo... rápidamente se consumía
y aquellas ilusiones de niña enamorada, languidecieron y se deslizaron hasta el piso.
Así fue pisoteado mi amor, todo orgullo y dignidad, como si hubiese sido yo lo peor... y no reconoció su maldad.
Una mala hierba en mi pecho se plantó la desconfianza y el desamor creció alta... y sin detenerse, creció...
Hoy... ya no creo en el amor...
Es entonces que... cuando el me cela... cuando siente perderme y vive el temor, ya sin penas, llorando río,
¿Cómo puede amar un corazón? si ya no está completo... está muerto.. está partido en dos...
Matty Canales
Santiago - Chile
- Febrero 2007
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