Tersura del ópalo y
brillo del diamante
iluminaron, colorearon el vivir...
el insomnio llamó al recuerdo
y a la evidencia se tuvo que rendir.
No hay tiempo de silencio, ni apatía
si el viento te besa y acuna
éxtasis, aroma de nostalgia
secó lágrimas, una por una.
Viviendo en hojas caídas
por la senda desconocida
renace y late en sueños... delira
mientras el amor hambriento,
crecía y crecía.
Sabe que nunca por él será poseída
y aunque soplen vientos extraviados
no rozará nunca, su boca
más que importa si está loca
y a él... de por vida se ha atado.
Se rinde al eco de su voz
y acalla ansias que el recuerdo provoca,
es feliz nadando en aguas saladas,
es feliz imaginando que su piel, toca.
Si existe el destino, es impredecible
como si pusiera a prueba,
sensatez y cordura...
poniendo al alcance de la mano
lo que siempre esperabas,
para arrebatarlo en la forma más dura!
Así entre el vivir y el morir, desesperas
feroz batalla, dolorosa como la peor guerra
sin poder alcanzarlo y ver como se aleja
escalando montañas, lejos de tu tierra.
Renuncias a su presencia
ocultando el sentir en tu pecho,
duermes con su retrato
y lo arropas en tu lecho.
Y decides seguir adelante
sonriendo insegura,
cargando la alegría y la honda pena
de amarlo a toda hora,
a pleno día... en silencio...
y en la noche oscura!
Matty Canales
Santiago - Chile
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