Cansada de la tierra
que nada me daba
me fui al espacio
donde moran los sueños.
Allí jugué a ser águila
y al golpear el viento, mi cara
supe que era eso,
lo que desesperadamente buscaba.

Por fin libre como lo soñara
para compartir mis quimeras
solo con las estrellas
gritando mis congojas a los cuatro vientos
soberana de la tierra
y de los siete mares.

Grabé entonces en el cielo, mis realidades
y supe, que estaba demasiado alta
para las verdades de la tierra
que en mi pecho no había maldades
que tenía derecho a escoger mi destino
lejos de las mentiras, de las infidelidades,
del amor mancillado y marcado
con puñales en mi rostro cansado y perplejo.

Libre para gritar sin temor
todos los anhelos, que creía muertos
libre para amar al que respetara
mis sentimientos...
Por fin libre para morir
cuando Dios me llamara
y mientras ese día llegara
podría remontar mil veces el suelo
desde la tierra... hasta el mismísimo cielo...

Ya se adonde pertenezco
nunca me gustó la tierra
ni por dentro, ni por fuera...
me llama la cordillera
el mar, el aire fresco!

Soy un águila noble,
atrapada en un cuerpo,
tengo alas y ya no estoy obligada
a soportar mas cuentos
y aunque esté aqui, donde hoy me encuentro,
mañana batiré mis alas...
volaré tierras y mares
volaré hasta los confines de noches estrelladas.

Después será solo la nada,
flotando ingrávida, en pensamiento
inmaterial y alada...
tranquila, con la serenidad de los muertos...
que nadie me toque, ni se atreva,
a interrumpir el sueño mágico
de la que se escapó a vivir...
y a morir, con el añorado viento.

Matty Canales
Santiago - Chile