Exhalan en el aire partículas volátiles,
afectando intensamente los órganos olfativos.
Se manifiestan en toda parte.
Hay una cierta urgencia en sus olores:
¡necesidad extrema de sobrevivir!
La nariz respira de manera profunda:
fragancia del florecer de una flor,
aroma del nacimiento de un niño,
¡perfume hipnótico del despuntar de un nuevo día!
¡El viento sopla con fuerza esparciendo la esencia de existir!
Suscita en el alma la sensación maravillosa de estar vivo.
Su pasaje deja en la atmósfera un olor de vivir:
¡vestigios del soplo de Dios!
La sangre corre en las venas con mayor intensidad.
Todos inspiran y expiran despacito,
¡apreciando y degustando el don de vivir!

Rosimeire Leal da Motta
Vila Velha - ES - Brasil