Tanto...

Tanto arrulla el tiempo a la vida,
que se olvida,
entre tanto adherirse a las cuestiones terrenas
de mirar de tanto en tanto hacia el cielo.
Darse cuenta, que es escaso
el paso de nuestra existencia;
entre los atajos de la abundancia
o la pobreza.

Levantemos la mirada para que se filtren
esperanzas de luz sobre nuestras cabezas,
mientras transitamos
el ascenso al camino de lo eterno.

Que esta Navidad destelle en lo incomprensible
para que creamos que vivir merece el arrojo;
así como sonreír,
entre la adversidad que nos asesta
y sólo tengamos ojos para el Altísimo
que paciente nos espera.

Graciela María Casartelli
Unquillo, Córdoba,Navidad 2010

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