Cuando yo muera y mi espíritu hoy desolado irrumpa libre y soberano... No quiero lágrimas ¡Que nadie se aferre de mi mano! Para volar en pos de mis seres queridos al reino incógnito e invisible de luz y paz infinita. Donde no existen los sueños porque... todo es posible. Y las aves de muerte rondarán intermitentes sobre el reloj que marcará la hora, definitiva, inclemente. Moriré sobre mi verso escrito para huir de la mezquindad existente en el mundo injusto que todo lo mueve a voluntad. Aprisionada sin compasión en ese algo llamado destino, el que supuestamente tiene la culpa... de la amarga infelicidad! Matty Canales Chile
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